Con 4 años empecé a trabajar repartiendo periódicos; con 7 me echaron y trabajé de costurera. En esa época fue donde me regalaron mi primera muñeca, que era de trapo y que todavía mantengo; con 13 ya empecé a trabajar en la fábrica donde estoy ahora.
Nunca fui a la escuela, lo poco que sé de leer y escribir me lo enseñó mi padre.
Las únicas personas que conozco son las de la fábrica; abuelos no tengo y mis tíos no se hablan con mis padres porque dicen que somos gente pobre.
De chica, lo que más me impresionó fue cuando por primera vez fui a la fiesta del dragón ( la más popular de China) y vi todos aquellos fuegos artificiales, todo el mundo los miraba asombrados, íbamos vestidos con Kimono, que es la ropa típica de esta fecha.

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