lunes, 30 de enero de 2012

El niño soldado

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Me llamo Thian, soy del Vietnam, estoy huérfano, mi padre murió cuando estaba en la barriga de mi madre, y mi madre al yo nacer. Me llevaron a un orfanato, allí me enseñaron a  dar mis primeros pasos; pero, cuando tenía solo 4 años ya me estaban enseñando a usar la metralleta y a tirar bombas.
Antes de cumplir los 6 ya me llevaron a la guerra para que, en medio de la selva, me colara entre la vegetación y llegara lo más cerca posible de las tropas enemigas. Ya he hecho más de diez incursiones y he visto más de trescientas muertes.
No se por qué pero me tocó vivir así, pero es lo que me ha tocado. Sé que los niños de otros países no viven así, ellos viven mejor que yo y, bueno, me gustaría saber el porqué aquí hay guerras y todo esto no se acaba.
Cuando sea mayor, me gustaría irme de aquí a otro país muy lejos, lo estoy deseando.  Mientras tanto, tendré que aguantarme.

miércoles, 25 de enero de 2012

UN LUGAR PARA PERDERME


Era un campo, estaba todo verde, lleno de árboles, palmeras, hierba; allí me iba de chica y estaba todo el día jugando, conocía gente que venía y me lo pasaba muy bien. Era muy grande, allí había un castillo y hospederías, yo me quedaba allí en las hospederías, donde también dormíamos. 
Me iba todos los fines de semana, las hospederías estaban pintadas de blanco, con una puerta y unas ventanas muy viejas; al entrar había una especie de salón, a la derecha dos sofás verdes y una televisión, y a la izquierda una mesa de madera. Al fondo estaba la chimenea y al lado el fregadero y una hornilla. Había dos habitaciones y un cuarto de baño muy pequeño.
Ahora ya no voy, pero me gustaría seguir yendo.

CONTINUAMOS UNA HISTORIA


Era una noche fría de invierno, la luna estaba llena y el viento fuerte del Norte removía las hojas de los árboles de la calle y los toldos envejecidos de la antigua casa de relojes del maestro relojero Daniel Garrote. La luz parpadeante de una bombilla se reflejaba en el cristal de la peluquería y producía sombras y luces en el interior del local. A lo lejos se escuchaba el llanto ahogado y trágico de un hombre. Eran un hombre viejo, con la cara arrugada, el pelo blanco, y le faltaban todos los dientes. Le pregunté qué le pasaba, y me dijo que no tenía familia, su peluquería había caído en quiebra y no tenía dinero. Le dije que no se preocupase, que mi tío tenía una agencia y lo iba a contratar; parece que dejó de llorar. Me lo agradeció mucho, le dije que no hacía falta que me lo agradeciera, que a mi me gustaba ayudar a la gente. Cuando llegué a mi casa se lo dije a mi padre y corriendo llamó a mi tío y le dijo que estaba ya contratado, sería el estilista de las modelos de su agencia.
Al día siguiente volví a pasar por esa calle, o al menos lo intenté, estaba todo vallado con una cinta amarilla, había habido un asesinato, por lo visto ese hombre que yo vi estaba compinchado con la mafia, tenía un problema muy gordo que resolver y, a cambio, la mafia le daría una gran cantidad de dinero; si no lo hacía, lo mataban. Lo que tenía que hacer ese hombre era quemar la agencia de mi tío, él sabía que lo era, no sabemos por qué no la quemó en vez de dar su vida, pero prefirió morir en vez de quemar la agencia.

EN BUSCA DEL SONIDO PERDIDO


Estamos en la biblioteca y el instituto está vacío, solo estamos nosotros, la clase de 3º Diver. Eduardo, el profesor, ha ido a conserjería a coger folios y tizas. Ha pasado casi una hora y todavía no ha llegado. Rafa, Antonio y Caballero han ido a buscarlo, mientras que Pilar, Rocío, Macarena, Mariloli y yo nos hemos quedado limpiando; hemos acabado de limpiar toda la clase y todavía no ha regresado nadie. Ya nos estamos preocupando, hemos decidido salir a buscarlos y dividirnos para encontrarlos antes: Macarena y Mariloli han ido por los pasillos de tercero y cuarto; Pilar y Rocío han ido a los pasillos de primero y segundo; mientras que yo he ido a la sala de profesores y al pasillo de las clases de informática. Acordamos volver a la biblioteca una vez que hayamos acabado de revisar los pasillos, pero Macarena y Mariloli todavía no han regresado y ha pasado un largo rato y Rocío, Pilar y yo vamos a ir a buscarlas. Esta vez hemos decidido no separarnos e ir todas juntas, ya hemos mirado y no están, no sabemos qué está pasando y nos hemos encerrado en la biblioteca. Después de darle vueltas a la cabeza, hemos decidido que encerradas no vamos a solucionar nada, así que hemos salido a mirar por todos lados, pero no están, todo el colegio está tranquilo. Sin embargo, de repente se escucha un ruido dentro de la manguera de incendios. Tras mucho investigar, hemos encontrado un botón, lo he pulsado y se ha abierto una especie de puerta. Hemos entrado y hemos descubierto que dentro estaba todo el instituto y que habían entrado por el mismo motivo que nosotras: ese ruido tan extraño que no hemos averiguado de que se trata.